sábado, 28 de octubre de 2006

El curioso efecto Pigmalión


Muchas veces, la confianza que los demás tengan en nosotros puede darnos las alas para alcanzar los objetivos más difíciles.” 

¿De qué manera pueden verse alterados nuestros comportamientos a partir de las creencias que tienen los demás sobre nosotros? ¿Las expectativas favorables que sobre nosotros tiene nuestro entorno de afectos y amistades pueden llevarnos a llegar más allá de lo que esperamos? O, por el contrario, ¿cuántas veces ni lo hemos intentado o nos ha salido mal, movidos por el miedo al fracaso que otros nos han transmitido, por su falta de confianza o por su invitación a la resignación y al abandono?
No es descabellado afirmar que muchas veces, consciente o inconscientemente, con diferentes actos estamos respondiendo a lo que las personas que nos rodean esperan de nosotros, para lo bueno y para lo malo. Lo que los demás esperan de uno puede desencadenar un conjunto de acciones que nos lleven mucho más allá de lo que podemos imaginar, en lo mejor y en lo peor.
Este principio de actuación a partir de las expectativas de los demás se conoce en psicología como el efecto Pigmalión. Tan curioso nombre nace de la leyenda de Pigmalión, antiguo rey de Chipre y hábil escultor. 

En sus Metamorfosis, Ovidio recreó el mito y nos contó que Pigmalión era un apasionado escultor que vivió en la isla de Creta. Cierto día Pigmalion se empeñó en crear una estatua femenina de una perfección y belleza tal como nunca había salido de sus manos, mientras trabajaba se fue entusiasmando más y más, como si deseara insuflar su propio corazón en ella. Lentamente las formas más exquicitas de una doncella fueron haciendo su aparición. Sus labios parecían entreabrirse, esbozando las más cautivadora de las sonrisas, los ojos casi centelleaban y los dedos delicadamente torneados eran aptos para la mejor de las caricias. Cuando terminó su obra maestra, Pigmalion quedó tan cautivado que la vistió con las mejores galas, la cubrió de las más hermosas flores y de las joyas más preciadas, y terminó por darle un nombre: Galatea.

Se enamoró perdidamente de la misma, hasta el punto de rogar a los dioses para que la escultura cobrara vida y él pudiera amarla como a una mujer real. Afrodita decidió complacer al escultor y dar vida a esa estatua. Al suceder el tremendo prodigio Pigmalión acogió a Galatea con inmensa ternura y le preguntó si deseaba ser la reina de Chipre, a lo que ella contestó: “Con ser tu esposa me conformo”.

Como en la leyenda, el efecto Pigmalión es el proceso mediante el cual las creencias y expectativas de una persona respecto a otro individuo afectan de tal manera a su conducta que el segundo tiende a confirmarlas. Un ejemplo sumamente ilustrativo del efecto Pigmalión fue legado por George Bernard Shaw, quien en 1913 escribió, inspirado por el mito, la novela Pigmalión, llevada al cine en 1964 por George Cukor bajo el título My fair lady. En esta cinta, el narcisista profesor Higgins (Rex Harrison) acaba enamorándose de su creación, Eliza Doolittle (Audrey Hepburn), cuando consigue convertir, la que es al inicio de la historia una muchacha desgarbada y analfabeta del arrabal en una dama moldeada a las expectativas fonéticas, éticas y estéticas del peculiar Higgins.

En el terreno de la psicología, la economía, la medicina o la sociología, muchos investigadores han llevado a cabo interesantísimos experimentos sobre el efecto Pigmalión.
Uno de los más conocidos es el que llevaron a cabo en 1968 por Robert Rosenthal y Lenore Jacobson, bajo el título Pigmalión en el aula.
El estudio consistió en informar a un grupo de profesores de primaria de que a sus alumnos se les había administrado un test que evaluaba sus capacidades intelectuales. Luego se les dijo a los profesores cuáles fueron los alumnos que obtuvieron los mejores resultados. Los profesores también fueron advertidos de que esos alumnos serían los que mejor rendimiento tendrían a lo largo del curso. Y así fue, 8 meses después se confirmó que el rendimiento de estos muchachos especiales fue mucho mayor que el del resto. Hasta aquí no hay nada sorprendente. Lo interesante de este caso es que en realidad jamás se realizó tal test al inicio de curso. Los supuestos alumnos brillantes fueron un 20% de chicos elegidos completamente al azar, sin tener para nada en cuenta sus capacidades.
¿Qué ocurrió entonces? ¿Cómo era posible que alumnos corrientes fueran los mejores de sus respectivos grupos al final del curso? Muy simple, a partir de las observaciones en todo el proceso de Rosenthal y Jacobson, se constató que los maestros se crearon tan alta expectativa sobre esos alumnos, que estos actuaron a favor de su cumplimiento. De alguna manera, los maestros convirtieron sus percepciones sobre cada alumno en una didáctica individualizada que les llevó a confirmar lo que les habían avisado que sucedería.

El efecto Pigmalión se manifiesta en el también conocido efecto placebo: hay quien cree obtener del medicamento lo que necesita obtener, cuando en realidad se trata de una pastilla de almidón sin principios activos. ¿Por qué cura entonces en determinados casos un caramelo inocuo? Simplemente porque el médico dice que así será; porque alguien en quien creemos asegura que nos hará bien y porque deseamos curarnos.

Y claro, ¡cómo no! Volviendo al mito, Pigmalión también hace de las suyas en casos de enamoramiento. No son pocos los celestinos y celestinas que han generado tórridas pasiones entre personas que, de entrada, no parecían tener química. En algunos casos ha bastado que el celestino en cuestión susurre al oído de las víctimas, la insinuación del deseo del otro para que la mirada y el lenguaje del cuerpo cambien radicalmente la expresión que propiciará una primera aproximación.

Y es que Pigmalión tiene una explicación científica: hoy sabemos que cuando alguien confía en nosotros y nos contagia esa confianza, nuestro sistema límbico acelera la velocidad de nuestro pensamiento, incrementa nuestra lucidez y nuestra energía, y en consecuencia, nuestra atención, eficacia y eficiencia.

Del mismo modo que el miedo tiende a provocar que se produzca lo que se teme, la confianza en uno mismo, aunque sea contagiada por un tercero, puede darnos alas.

17 comentarios:

Anónimo dijo...

Han visto como se comprueba el efecto Pigmalión en la convivencia cotidiana?
Salu2 !

Anónimo dijo...

Yo escuché hablar sobre el efecto pigmalion, pero la verdad no sabia de que se trataba.
Me imaginé que era cualquier otra cosa menos esto emmmm si ya se que hubiese estado mejor preguntar o investigar pero de adeveras esa incognita no me quitaba el sueño.
Ahora gracias a ti nan, se lo que es !!!!
gracias, gracias, y mas gracias por sacarme las dudas.

Anónimo dijo...

Solo andaba recorriendo y se me ocurrió pasar por aquí y dejar un saludo a tan bella señorita.
Nan muy interesante lo de Pigmalión, lo leí una vez en un artículo, pero no sabía lo del rey de chipre.
Bueno cariños dulzura!

Anónimo dijo...

Me imagino que eres tan bella como Galatea.

Marcel Pommiez dijo...

Notable el texto!


Un abrazo y espero me apoyes en la elección de Mr Blogger!

Batsi dijo...

No sé. En este asunto estoy un poco esceptica. Es verdad que la confianza de los demás en nosotros nos hace hacer maravillas pero también es cierto que puede producir un gran estrés. Creo que la base de que esto funcione debe ser que la persona que recibe la confianza quiera realmente hacer lo planeado o fijado. Debe existir un verdadero interés personal. Pero si se hace algo sólo porque los demás han depositado su confianza en nosotros, nos estamos conviertiendo en titeres de los demás y sobre todo, dejamos de ser nosotros mismos.

...

Gracias por haber visitado mi blog y por tus amables palabras. Te he agregado a mis favoritos y seguiré pasando por aquí.

Saludos desde Alemania

@lasnibat dijo...

Interesante!

Aprendí un poco más...

:)

SalU2
T.

Nan dijo...

Si es verdad Guinevere, lo que yo creo que es que en ciertas situaciones es muy interesante ver este efecto, tanto del lado positivo, como del lado negativo. Más allá de esto concuerdo con vos en que no toda nuestra vida es un efecto Pigmalión.
Además es verdad esto que decís, que la base de que algo funcione debe ser que la persona que recibe la confianza quiera realmente hacer lo planeado o fijado, sinó no pasa nada, o se acarrea un estrés bárbaro...
... por ejemplo un hijo que toda la vida estuvo envuelto en una situación que lo conducía directo a estudiar lo mismo que el padre, todos pueden tener grandes expectativas en él, y si a él no le gusta esa profesión? se estresa, defrauda a los demás lo que también puede acarrearle angustia,todo porque no nace de él hacer eso que tanto todos esperan. (también puede hacer lo que él quiere, sin importarle lo que diga el resto, esa es también una opción importante, ya que como vos misma decías, no somos títeres :D GRACIAS A DIOSS! ).

Así es querida amiga, concuerdo con vos en eso que comentabas... pero también (como dije antes) creo que este efecto es sumamente interesante observarlo en algunas situaciones de nuestras vidas :).

Besitos.

Francisco dijo...

Gracias por la dirección, así que me tienes de vuelta.
Muy cierto tú comentario, ya sabes "Si nunca te pones a trabajar, nunca podrás gozar del merecido descanso". Aunque pensandolo bien algun@s se pasen la vida descansando, cuando trabajaran..?

Muy duro el tener que hacer lo que de ti esperan, algo que puede dejar secuelas para el resto de la vida. No se debe tener miedo, ya que si no afrontas ese miedo de dejar de ser como quieren que seas, nunca descubrirás la alegría de ser como tú puedes ser.

Siempre es interesante el pasar un rato en tú compañia.

nancy un abrazo

Unknown dijo...

esto q contás me ha recordado a EL HOMBRE DE LA MANCHA. esa historia de un caballero medieval q conoce a una mujer de la calle. la reafirman en su estilo de vida todas las personas q la rodean. pero ese caballero ve en ella otra cosa, algo hermoso y grato. ve también sus virtudes, y las afirma, una y otra vez. hasta le pone un nuevo nombre, dulcinea.
el principio, ella niega todo. pero el es constante. efectúa continuos depósitos de amor incondicional y la alnzanza en su verdadera naturaleza, en su potencial. poco a poco, ella cambia de vida. más tarde, cuando ella estaba revirtiendo su antigua vida, él la llama a su lecho de muerte y, mirándola a los ojos, le dice "nunca lo olives, vos sos dulcinea".

¿q es lo q reflejamos a los otros sobre ellos mismos? ¿y en q medida ese reflejo influye en sus vidas? a eso le llamo "ser un programador positivo" de otras personas. cuando el espejo social las lleva a tomar la senda más baja, debemos inspirarlas para q tomen una senda superior.

gracias por el post! me hizo reflexionar mucho! saludos desde baires!

Anónimo dijo...

Hola Nan, me gusto mucho tu blog tienes cosas interesantes y bellas.
Espero que sigas con esa actitud tan peculiar que tienes,siempre tan alegre, abierta, tolerante y comprensiva.
Seguire hechando un vistazo a los demas comentarios, te mando un saludote desde Mexico

Tu amigo
Mario

Anónimo dijo...

Hola amiguita como tas? primero felicitarte por tu texto muy interesante pero tengo unas preguntas o tal vez puedas escribir sobre esto que hacemos cuando nos pierden la confianza puede recuperarse? se puede perdonar y olvidar? te quiero mucho amiga lo sabes besitos

Anónimo dijo...

Precioso texto Nan, y felicidades tienes talento para expresar en un papel lo q llevas en en tu mente y en tu corazon, me encantaria tener ese talento tb pero soy menos talentosa jaja, aún asi aprecio mucho a la gente q hace bien lo q le gusta, y en este caso de verdad q me gustaron tus textos, sigue así. Felicidades ;)

sirako dijo...

pigmalion... que bonito nombre.

en efecto, funciona, y hay situaciones en las que es clave, tanto si realiza en favor o en contra del bienestar de una persona.

la cosa es que es increíble como esos mitos antiquísimos poseían una sabiduría tal, que ahora entendemos perfactemente las cosas utilizándolos como parábolas...

un saludote, suerte.

@lasnibat dijo...

Vives?

SalU2
T.

Nan dijo...

Holis!!!!!
En respuesta a tu amable saludo en mi casita ;) te cuento que si estoy viva... gracias por recordarme jaajaj, es que abandoné por un tiempo el blog por exámenes primero, luego por excesivo trabajo.. y ahora nuevamente por exámenes, rindo el 1 de marzó la última materia para obtener mi título de Lic en Psicología :P... así que tírenme buenas ondas! se agradecerá ;)aajaja.. luego volveré, contenta por haber aprobado.. o para llorarles mis penas jajajajaaaj.
Bueno besos para todos! y gracias por acordarse de mi :P

@lasnibat dijo...

Has oido hablar de la Disonancia Cognitiva?

SalU2
T.